martes, 12 de febrero de 2013

No se puede hacer nada más

Rebecca comentaba hace unos días que las relaciones insanas pueden doler mucho a quien está metido en ellas y sobretodo, remarcar el masoquismo emocional que a veces ando metida.

Estas semanas las catalogo como ambivalente, yendo de un extremo amoroso a otro que ralla el odio, pasando por una incerteza total y un no sentir apra que todo esto no me duela tanto. No hace falta remarcar que hay millones de ideas irracionales, confusas, dañinas y extrañas que me vienen a la mente en cualquier momento, y si me lo dejo sentir, enseguida me viene el ahogo, el no respirar, el tener algo aqui dentro de mi que quiere irse y no lo permito. Y lo sigo teniendo.

Como decía Lucía Etxebarría, ya no hace falta sufrir por amor, aunque para ello necesites un master en gestión emocional en pareja y una especialización en independencia emocional. Yo todavía estoy sacándome asignaturas que me van quedando para Junio, para Setiembre y que no hay manera de aprobar.

Ahora mismo, estoy en tierra de nadie. No sé que quiero, no sé que necesito, es como estar dando vueltas a mi neurosis. Me encuentro triste y rabiosa a la vez. No encuentro justo que mi pareja, que sigo siendo si no estoy equivocada, esté indiferente, en plan vengativo, que no me exprese nada más que ideas rencorosas y de despecho porque le dije que no aguantaba más la situación de no sentirme querida y no verme en un compromiso mutuo, que habían cosas por hacer, cosas que no em gustaban y que era preciso cambiar pra poder tener una relación más madura. No lo entiende o lo ha entendido como un ataque personal a su ego.

Y ahora me siento que tenía que haber sido firme en mi primera propuesta de finalizar todo esto y no haber caído en la idea hiperromantico de "todo puede cambiar, es cuestión de paciencia y mucho amor". No es asi, es una trampa evitativa del dolor de la separación del otro. Ni el va cambiar ni yo voy a hacer cambiar nada, porque las bases se hicieron hacen años.

El hecho de verme con más valor, más valiente cambió mi manera de verme totalmente dominada y a expensas del otro. Yo quería más, quería una relación normal. Porque he leído, parece algo totalmente surrealista, como funcionan las parejas funcionales y no tienen nada que ver conmigo. Y yo formo parte de ello, yo también siento que soy responsable porque no haya funcionado.

Sólo me queda respirar, priorizar mis necesidades, hacerme fuerte de nuevo e ir avanzando. Si em soy sincera, aqui en este momento, quiero dejar de sufrir, quiero dejar de autolesionarme emocionalmente y poner los pies en el suelo. Si esta relación no fluye, se interrumpe y solo yo quiero que funcione, me voy a malgastar, a lesionar, a sacrificar y no quiero, ya no, ya basta.

Ya basta de indiferencia afectiva, ya basta de dejarme llevar por el victimismo, la tristeza, el no hacerm el dejar pasar y que el otro lleve las riendas. Necesito, no es un deseo, plantarme, despedirme y quedarme conmigo misma mucho tiempo. Ya no necesito que esté ahi porque me hace mucho daño, tanto, que me es imposible respirar.

3 comentarios:

  1. La esencia no se cambia, por tanto, si estás a espera de que cambie, mejor búscate a uno que te guste tal y como es. A mi madre le encantarías porque tú estás aguantando y yo sin embargo soy de las que cree que el futuro no existe por lo que no voy a perder el tiempo en cambiar algo que va a seguir permaneciendo igual. Yo no aguanté y rompí una relación de nueve años.
    En toda relación siempre hay uno que sacrifica más que el otro, pero cuando la balanza negativa pesa más que la positiva llega la hora de plantearnos cerrar una puerta y centrarnos en nosotras mismas. Y cuando llegue el momento, ya se abrirá otra puerta. ;)

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que es posible el equilibrio, que ambas partes cedan y se llegue a un espacio común; pero si como dices , las bases quedaron asentadas hace años , es muy difícil que algo cambie, sobre todo porque quizá tú si estás cambiando, pero la otra persona no.


    No hace falta decirlo pero para cualquier cosa ya sabes, me tienes para desahogarte, para escucharte, para lo que necesites.
    Un abrazo grande, grande .

    ResponderEliminar
  3. jo...te entiendo, y se lo que cuesta tomar una decisión, porque sea la que sea daña igual, aunque en la de no seguir hay la esperanza de rehacerse y dejar de enviar energías inútiles a algo que no sirve, tú misma tienes las respuestas y lo harás en el momento adecuado, estoy convencida que la teoría te la sabes a la perfección, seguro que te habrás reconocido en todos los patrones de relaciones disfuncionales y en algunas personalidades que consiguen que se siga esa dinámica, ahora sólo necesitas llevar a la practica la solución que te dice que por ese camino serás feliz ¡insisto! ¡ánimos! ¡y no te aferres a imposibles ni ames demasiado! el amor puede ser mucho más sana, equilibrado y en ningún momento causar una ansiedad que te impide respirar.

    ResponderEliminar

¿Qué me cuentas?