Me hago responsable de que necesito la aprobación de los demás y esto influye en mi estado de ánimo. Cuanta más aprobación, mejor me siento. No está en mi, está en cualquier otro.
Me hago responsable de que soy una criticona, tanto conmigo misma como con los demás. Estoy muy pendiente de lo que me dicen, lo que digo y la interpretación de ello.
Me hago responsable de dejarme, pensando que las cosas se arreglaran solas, no arriesgarme a dar un paso para que algo cambie. Estoy cansada y a la vez aburrida de ser consciente y no avanzar.
Me hago responsable de que no todo el mundo ha de estar de acuerdo conmigo, que me cuesta decir lo que pienso por miedo, por mostrarme, porque me siento inferior y eso se nota.
Me hago responsable en depender de lo ajeno, dejando lo propio, lo mío a un lado y no darle un valor como se merece. Me cuesta aprobar y valorar mi día a día, prefiero que sean los demás.
Me hago responsable de mis despistes que no son más que bloqueos para no hacer aquello que no me gusta, o que no deseo hacer por el otro y doy un mensaje contradictorio porque dependo de ello. Altamente neurótico.
Me hago responsable de que me cargo con más estrés de lo normal, que no dejo fluir, que no elimino lo negativo sino que le doy vueltas y machaco hasta que me harto y luego culpo, eso no es responsabilidad.
Me hago responsable de tener muchos recursos, muchas herramientas personales y dejar que mis barreras emocionales no me dejen ser, no permito ser, me escondo y no las muestro. Están ahi, las tengo y una vez las valore, saldrán sin esfuerzo.
Me hago responsable de mi criterio personal, de mi propio juicio, de mi propia ideología y creencia personal. Necesito aprender a tener mi valor, quiero llegar a ser auténtica.
Por eso quiero decir a mis compañeras que me hago responsable de mi propia manera de pensar y está bien. Te digo Skar todas las cosas que no me gustan y está bien. Os digo coordinadores que yo también me sé mostrar y valgo, sólo me hace falta dar un paso (tremendo paso). Os digo compañeros de Gestalt que también tengo mi parte rechazada y está bien. Me digo a mi misma que soy valiente, que hago muy bien en luchar y no decaer. ¡Adelante!
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